

1.
Comprender quienes somos para renacer.
2.
La sorpresa es la marca de Dios.
3.
Como Moisés el cristiano defiende a los débiles del desprecio.
4.
No sustituir el crecer con el saber.
5.
La noche no es sólo inquietud, sino donde Dios se manifiesta.
6.
Obrar el bien como si nuestras manos fueran las manos de Dios.
7.
La oración sincera es un arma poderosa.
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TEMAS
Súplicas por los Sacerdotes
Roguemos por nuestros sacerdotes:
Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, te rogamos, óyenos.
Jesús, nuestro Sumo Sacerdote, Sacrificio y Maestro, te rogamos, óyenos.
Bendice a nuestro Padre Santo, nuestros Obispos y nuestros Sacerdotes,
Dales la fuerza de tu gracia, el amor de tu corazón, el espíritu de sacrificio de tu vida,
Haz que sean firmes en la fe, santos en las costumbres, fieles en tu servicio,
Infúndeles el celo de los apóstoles, el valor de los mártires, el espíritu de los confesores,
Haz que conviertan a los pecadores, que corrijan a los que yerran, que enseñen a los ignorantes,
Confórtales con alegría en sus trabajos, con paciencia en sus padecimientos, con perseverancia en sus combates,
Consérvalos en el amor a los niños, en el celo por la educación de la juventud,
en la fidelidad al pueblo y a la patria,
Bendice sus palabras en el púlpito, sus enseñanzas en la escuela,
sus exhortaciones en el confesonario y junto al lecho de los enfermos,
Presérvalos de las tentaciones del enemigo malo, de las asechanzas de hombres sin conciencia,
de todas las ocasiones de pecado,
Haz que estemos siempre unidos a ellos en la fe, fieles en el servicio de Dios y santos en la vida,
Concédenos obispos santos, sacerdotes santos, misioneros santos.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, Perdónanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, Óyenos, Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, Ten misericordia de nosotros, Señor.
Oración
Jesucristo, Hijo de Dios, que dijiste: la mies es grande, pero los operarios son pocos; rogad al dueño de la mies que envíe operarios a su mies: Te rogamos, aumentes el número de santos sacerdotes que sigan tus huellas y labren tu viña con celo apostólico. Dales tu luz y tu gracia para convertir a los incrédulos y herejes, para fortalecer a los débiles y extender más y más tu Reino sobre la tierra. Haz que nos unamos a tus representantes con fidelidad inquebrantable, que escuchemos sus palabras y que apoyemos sus trabajos de pastores de almas llevando nosotros una vida piadosa y cristiana. Dígnate aceptar nuestros ruegos y escucharlos benignamente, Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Así sea.